En un suceso que ha enlutado a la comunidad empresarial y cultural de la costa ecuatoriana, Luigi Andrés Benincasa Jalil, de 30 años y oriundo de Guayaquil, perdió la vida de manera horrenda la tarde de este jueves 25 de septiembre de 2025 en un fatal accidente de tránsito ocurrido en la vía a San Mateo, a la altura de la Plaza Badaracco, en el barrio San Carlos de Manta, provincia de Manabí. El reconocido empresario, radicado en esta ciudad portuaria desde hace varios años, chocó de frente contra una motocicleta, lo que provocó que su vehículo se incendiara de forma fulminante. A pesar de sus desesperados intentos por escapar, Benincasa quedó atrapado en el interior y falleció calcinado en el acto. El motociclista, identificado como Luis Antonio Estrada Contreras, también perdió la vida en el siniestro, envuelto en llamas sobre la calzada, según videos que circularon rápidamente en redes sociales y causaron conmoción entre transeúntes y conductores.
Además, Benincasa era un emprendedor nato, con varios proyectos en marcha: desde un food truck de cevichería gourmet hasta una app para conectar pescadores artesanales con compradores directos, mitigando la intermediación que a menudo deja migajas a los productores locales. Como comerciante, había invertido en una tienda de instrumentos musicales en el centro de Manta, donde no solo vendía, sino que impartía talleres gratuitos para niños de barrios vulnerables, fomentando el acceso a la cultura en una zona marcada por el desempleo juvenil. Y en un logro personal que lo llenaba de orgullo, estaba a punto de graduarse como abogado de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM), con una tesis sobre regulaciones aduaneras para el sector pesquero que prometía impactar en políticas locales. "Luigi era un torbellino de ideas; siempre decía que la vida es como una canción: hay que tocarla con pasión hasta el final", recordaba un amigo cercano en una entrevista improvisada, evocando su energía inagotable.De manera extraoficial, se conoció que Benincasa era familiar de un destacado dirigente del sector pesquero en Manta —posiblemente vinculado a la Asociación de Armadores Atuneros del Ecuador (Atunec), donde un pariente con apellido similar había donado equipos de emergencia en 2014 para combatir fugas de amoniaco en buques—. Al momento del accidente, se dirigía a un centro educativo para recoger a sus hijas pequeñas, un detalle que añade una capa de tragedia a su partida prematura: un padre amoroso, en plena ruta familiar, truncado por el destino. La Policía Nacional del Ecuador (PNE) y la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) iniciaron investigaciones preliminares, enfocadas en la posible influencia de factores como el mal estado de la vía —con baches y falta de señalización en esa curva— o el incumplimiento de normas de seguridad vial, un problema endémico en Manabí donde, según datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), se registraron más de 1.200 accidentes fatales en 2024, muchos en rutas costeras congestionadas por camiones pesados y vehículos informales.
Este siniestro no es un caso aislado en la región. Manta, con su puerto como motor económico pero también como foco de riesgos viales, ha visto un aumento del 15% en accidentes mortales en lo que va de 2025, atribuido al crecimiento del tráfico post-pandemia y la escasez de campañas de sensibilización. En julio de 2024, un choque similar en la vía Tarqui-Manta dejó tres fallecidos, incluyendo un empresario local, lo que impulsó protestas de la Cámara de Comercio de Manta por mayor inversión en infraestructura. La muerte de Benincasa resuena especialmente en la comunidad emprendedora, donde era visto como un modelo de versatilidad: un hombre que equilibraba el ajetreo de los negocios con la creatividad artística y el compromiso social. Sus redes sociales, llenas de posts sobre sus composiciones y logros profesionales, ahora se inundan de tributos: "Tu música vivirá en nosotros, Luigi", escribe un seguidor, mientras colegas del brokerage lamentan la pérdida de un "puente humano" entre Ecuador y el mundo.La familia de Benincasa, devastada, ha recibido el apoyo de la comunidad mantense, con velorios improvisados en su negocio y donaciones para cubrir gastos fúnebres. Autoridades locales, incluyendo el alcalde de Manta, Agustín Santos, han prometido una revisión urgente de la vía a San Mateo, instalando cámaras y barreras para prevenir futuras tragedias. Mientras el humo del accidente se disipa, la ausencia de Luigi deja un vacío en Manta: un recordatorio de lo frágil que es la vida en carreteras que conectan sueños con realidades. Su legado —en notas musicales, contratos firmados y vidas inspiradas— perdurará, pero el eco de ese grito de amor en la Plaza Badaracco nos interpela: ¿cuántas vidas más se perderán antes de que las vías sean seguras para todos? En Guayaquil y Manta, hoy llueve con más fuerza, como si el Pacífico llorara por uno de sus hijos más brillantes.
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