EL HOMBRE DE LA CAMPANA
Julio Espinoza Campos conocido como El hombre de la campana(Daule, 1926 + 2007)
Fue otro de los populares personajes de ciudad en distintas décadas del siglo pasado y en los primeros años de la centuria que transcurre, especialmente en la actividad deportiva porque sin duda alguna hizo honor al calificativo de hincha Nº 1 de Barcelona S.C. Su nombre, Julio Espinoza Campos, y lo del Hombre de la Campana, por aquello de acompañar, vivar y arengar al equipo de su idolatría con un aro de llanta de carro al que golpeaba insistentemente en todos los escenarios del país.
Su figura se volvió inconfundible e infaltable durante los partidos que disputó la escuadra canaria y él lideró al resto de la hinchada que siempre lo rodeó con simpatía y respeto. Jamás se le escuchó palabras obscenas en contra de los adversarios y supo respetar a los contrincantes. Todo lo que quería decir en favor del triunfo del elenco de sus amores lo expresaba su famosa y eterna compañera, la campana que, más de una ocasión se la quisieron comprar por ser digna de un lugar en cualquier museo.
Su trabajo consistía en ser vendedor de revistas y recuerdos deportivos en la ciudad de Guayaquil se encuentra un monumento a su personaje ubicado en la calle Boyacá y 9 de Octubre, sitio en que empezó su actividad comercial.
Antes de morir dijo: “Aunque me muera, seguirán escuchando la campana en el monumental”.
El monumento de este emblemático personaje quedó inmortalizado en las calles de Guayaquil en la av boyaca y 9 de Octubre, muy concurrido por turistas nacionales y extranjeros, esta a unos pasos de la cafetería juan valdez.
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